Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.

LA ARQUITECTURA EN LOS IMAGINARIOS TURISTICOS DEL CARIBE.
MÉXICO EN LA PROMOCIÓN TURÍSTICA

Roberto Goycoolea Prado y Laura Susana Zamudio Vega
Departamento de Arquitectura, Universidad de Alcalá, Madrid, España
roberto.goycoolea@uah.es / arq.zamudio@gmail.com

INTRODUCCIÓN

Hace poco, Red de Investigación RIGPAC realizó una invitación a sus miembros para reflexionar sobre la creciente importancia que están teniendo en la promoción turística, particular, y en la promoción de los países, en general, las “marca país”. En los últimos años se observa también la aparición de las “marca región”, asociada a la promoción de regiones específicas, especialmente desde el punto de vista turístico. Una de estas regiones es El Caribe donde las respectivas secretarías de turismo quieren consolidar una marca común para posicionarse mejor en un mercado global cada vez más competitivo.
Atendiendo a la convocatoria de la Red RIGPAC, el objetivo de este artículo es presentar los resultados de un estudio realizado por los autores en la Universidad de Alcalá sobre los imaginarios turísticos asociados a México y en especial sobre la el papel que tiene la arquitectura en la configuración de este imaginario. Nos centramos en la arquitectura por ser uno de los elementos más importantes en la configuración de los imaginarios turísticos. Y nos centramos en México por ser uno de los territorios más importantes del Caribe y sin el cual sería impensable una “Marca región”.
El método empleado consiste en un análisis en profundidad de la imagen turística mexicana, abordándola tanto desde el punto de vista institucional o de la “marca país” oficial (la promocionada por la Secretaria de turismo y organismos similares) como de la perspectiva del visitante, analizando dos guías turísticas que recogen la opinión de los usuarios. Atendiendo a la institución convocante, cabe destacar que el enfoque principal del estudio es indagar el papel de la arquitectura, en el sentido amplio del término, en la promoción y configuración del imaginario turístico mexicano.
Entendemos que los resultados de este análisis conceptual y empírico de la marca turística de México son, por un lado, fundamentales para comprender la promoción e imagen turística global del Caribe y, por otro, ofrecen datos y conclusiones concretas sobre las bases en que se debería o podría establecerse una Marca Región.

MARCAS TURÍSTICAS

Sin entrar en matizaciones, cabe entender por “marca turística” un signo cuya función principal es identificar, señalar y determinar un lugar como destino turístico. En sentido amplio, por tanto, todo destino turístico está identificado con una marca, un signo, que lo hace reconocible, único y “apetecible”. Lo que no tiene significado, lo “insignificante”, podrá tener muchas cualidades, pero no será nunca una “marca”. Aunque así entendida la idea de “marca” es general, ésta cobra una nueva dimensión al intentar que el signo identitario se transforme en “marca”, en el sentido comercial del término; superponiendo a su función original otra de carácter eminentemente económica. En ese momento, la marca no sólo tiene que identificar, debe también proyectar y posicionar (en el mercado) el destino turístico que significa.
Se trata, sin duda de una distinción importante. El uso comercial de una marca obliga a reducirá a unas pocas ideas la nada concreta identificación que se suele tener los destinos turísticos. No es un proceso sencillo porque al ir concretando la marca para hacerla fácilmente reconocible, hay que primar algunas características sobre otras. Si España se vende como “Spain is diferent” se está obligando en sus promociones a acentuar lo que la hace diferente, centrándose así en los tópicos más manidos (toros, fiestas, sol y tapas); aunque todos sabemos que el país es más que eso. Además, obliga a determinar cómo quiere que los turistas a los que está destinada la campaña perciban el destino promocionado. Sin embargo, como bien saben los promotores turísticos, la caracterización que la marca (comercial) debe reflejar y en gran medida coincidir con la marca identitaria para que tenga éxito. Por eso no basta con un buen eslogan para crear una “marca turística”, a la escala que sea.
En síntesis, una “marca turística” eficaz será aquella que responda a una estrategia de identidad acertada. Por eso, de los múltiples factores que conforman a una “marca turística”, en cualquiera de sus manifestaciones, el aspecto más significativo es el imaginario que los turistas tienen del recurso, ciudad o región que se quiera promover. En términos prácticos significa que las marcas no se pueden inventar ni imponer por decreto ni por fantasiosos eslóganes publicitarios. Toda marca que tenga voluntad de prosperar, de transformarse en reclamo comercial reconocible asociado a un producto específico, debe partir del conocimiento de lo que los poseedores del recurso a promocionar y sus destinatarios piensen del mismo. En otras palabras, una buena marca nace del conocimiento de los imaginarios de lo que se quiere promocionar. Solo así es posible delinear las características de la marca y el modo de promocionarla, tomando medidas para acentuar alguna de sus propiedades sobresalientes o reducir los tópicos negativos.  

Imaginarios turísticos y arquitectura

Entendemos por “imaginarios turísticos” el conjunto de producciones mentales subjetivas, motivadas por imágenes, relatos (manifestaciones lingüísticas), valoraciones, y percepciones que pueden incluir aspectos relacionados a la geografía, paisaje, clima, composición urbana y arquitectónica, así como los rasgos sociales y culturales –entre otros–, en un tiempo o época determinados que giran en torno a un lugar con uso turístico.  (Sobre los imaginarios, ver: Hiernaux-Nicolas, 2002)

En ellos la imagen tiene un papel protagonista porque, además de ser uno de los medios con mayor capacidad comunicativa del que disponemos, supera barreras idiomáticas y es posible “manipularlas” (si se prefiere: seleccionarlas) para resaltar los valores que se quieran destacar y suprimir aquellos molestos o “poco agradables” de la realidad que vive el lugar. De este modo las imágenes se transforman en un elemento fundamental (si bien, no en el único) para generar en el destinatario de la promoción, el deseo de elegir determinado destino frente a otro de la variada oferta turística existente. La tabla 1 resume los imaginarios turísticos predominantes en torno al Caribe en la documentación turística analizada.

Imaginario

Descripción

a. El “paraíso” natural

La belleza del mar que distingue esta región del mundo de cualquier otro lugar, por el color y la transparencia de sus aguas y por sus playas de arena suave y blanca. A lo que se suman las características climáticas y la riqueza de flora (vegetación tropical identificada con las palmeras) y fauna, que incluyen el mundo subacuático.

b. La diversidad turística

En las que destaca la de sol y playa, en torno a la cual tienen cabida otros tipos como el turismo activo, el turismo ecológico o el turismo sexual. Donde se observa turistas heterogéneos, que van desde los viajes de novios, jóvenes solteros o en parejas, grupos de jóvenes universitarios, familias, o jubilados.

c. El “todo incluido”.

Relacionada al consumo de comida, bebidas, y al uso exclusivo de las instalaciones hoteleras.

d. La fiesta sin fin

Alcohol, baile, música, vinculados al Caribe. Así como actividades organizadas (aerobics acuáticos, concursos, juegos, etc.), espectáculos nocturnos y sexo.

e. La exclusividad

El aislamiento de las zonas de uso exclusivo para turistas, desvinculadas y sin relación con la situación que viven los habitantes locales. Lo que genera un entorno controlado y seguro que aísla al turista de los peligros asociados al entorno.

f. Las riqueza culturales

Como son la música y el baile (merengue, bachata, reggae, salsa, etc.), comidas (frutas tropicales, comida picante, etc.), bebidas (ron, tequila, mojitos, etc.) y las tradiciones locales, que son representadas para los turistas.

g. Los caribeños

De la población autóctona se destaca el trato y amabilidad de los empleados de los servicios turísticos, tanto por la alegría, picardía y candidez, así como por la belleza, de los lugareños

Tabla 1. Imaginarios Turísticos del Caribe. Fuente: Investigación propia.

Cabe destacar la reiteración de estos imaginarios en la promoción turística de los diferentes países que conforman el territorio analizado. Prácticamente no hay excepciones. Lo que predomina es el turista situado en un paisaje hedonístico y en una situación de disfrute de las maravillas que se ofrecen, en cuanto a la belleza natural y paisajística, como a las posibilidades de ocio y de placentero disfrute.

  • Es, como sabemos, una imagen “verdadera”, en cuanto refleja una experiencia que el turista puede efectivamente tenerla; pero también muestra una imagen “falsa”, en cuando transmite una realidad inventada por promotores turísticos. Una “Marca Caribe” centrada en la comercialización de la zona, que “oculta” la situación en la que viven muchos habitantes de la región. Resulta, sin duda, sintomático de lo que hoy se entiende por turismo que la imagen caribeña se centre en la burbuja paradisíaca de los resorts, recalcando la idea deparaíso terrenal; lugar en todo opuesto al estresante “primer mundo”, donde además no existe lo frío ni lo feo. Autoridades y empresarios se encargarán que los visitantes no cambien su imaginario caribeño al llegar a la región, impidiendo mediante el “todo incluido” que salgan de las zonas habilitadas para el uso y disfrute turístico y se encuentren con realidades que poco tienen de paradisíacas.  

 

Sin embargo, todo hay que decirlo, hay otros medios de transmisión de los imaginarios turísticos (principalmente reportaje de prensa y televisión) que tienden a emitir una visión menos parcial del Caribe. Es más, cabría afirmar que en estos casos se acentúa la imagen contraria, centrándose en temas tales como la inseguridad existente fuera de los complejos turísticos, el crecimiento urbano descontrolado, la pobreza, las amenazas naturales, la utilización del territorio poco respetuosa con el medio ambiente y mal planificada, etc.; incluyendo la asociación del Caribe con un tipo de turista de masa inculto y socialmente degradado.

Quienes conozcan el Caribe saben que entre estas dos realidades extremas existe una región mucho más complejo, tanto a nivel social, cultural como económico. Por tanto, la búsqueda de una “Marca Región” para el Caribe se enfrenta a la difícil tarea de intentar resumir una realidad compleja en el marco de un imaginario turístico fuertemente arraigado. La disyuntiva es clara: determinar qué Caribe se quiere promocionar. Los promotores turísticos, apoyados por no pocas autoridades, tienden a acentuar una imagen paradisíaca; conduciendo a desarrollos turísticos que ahonden en ese imaginario para que el cliente no se sienta decepcionado. Un esquema de gestión turística que tiende a separar a visitantes y lugareños, con todas las nefastas consecuencias de desequilibrios y resentimientos sociales, la pregunta que cabe hacerse es cómo crear una marca que revierta esta situación.

La pregunta no es sencilla y la respuesta requiere de múltiples factores de distinta naturaleza, al punto de que cabe preguntarse si realmente es posible crear una “Marca Caribe” realmente comprensiva. Y, de ser posible, cuál sería el papel de la arquitectura en ella. En otras palabras, tiene la arquitectura algo que decir en la definición del imaginario y, consecuentemente, de la marca de la región.


ARQUITECTURA Y TURISMO DE LA REGIÓN CARIBE.

  • En lo que respecta al modo cómo aparece o se trata arquitectura en la publicidad turística analizada, vemos que ésta se reduce a resaltar los equipamientos turísticos y una pocas tipologías arquitectónicas históricas. Las menciones recurrentes serían las cinco siguientes, que acompañamos con un ejemplo para clarificarlas:

 

Imágenes recurrentes de la arquitectura en la promoción turística del Caribe mexicano

a. Complejos turísticos (infraestructura y equipamientos hoteleros).

Arquitectura que no responden a una región específica, ni a una identidad local, sino más bien son modelos reproducibles que pueden estar en otros destinos de playa.

Hotel Gran Bahía Príncipe Bávaro Resort. Punta Cana.

b. Arquitecturas que copian estilos del pasado

Estas reproducen lenguajes asociados a otras tipologías que no pertenecen al tiempo en el que son proyectadas, como son las arquitecturas prehispánicas, o la colonial. En las que las zonas comunes de piscina, generalmente vinculadas a la playa, cobran especial protagonismo.

Hotel Gran Oasis. Cancún. Simula la forma de una pirámide supuestamente maya o azteca.

c. La arquitectura vernácula

En su mayoría vinculada a una arquitectura tradicional costera, realizada con materiales de bajo coste (en general de la propia región), y que son de manufactura local. Predominan cabañas con cubiertas de palma sobre estructuras de madera.

Hotel restaurante La Palapa, Holbox, México.

d. La arquitectura ecológica

Relacionadas con la anterior, a diferencia de que estas son creadas ex-novo con fines turísticos para responder a la tipología turística vinculada al ecoturismo.

Hotel Shawandha Lodge, Costa Rica.

e. Arquitectura prehispánica

En aquellos casos en los que se vinculen a zonas arqueológicas, esta tipología cobra un protagonismo especial, por su valor patrimonial e histórico, donde la antigüedad y el grado de conservación son aspectos que los ponen en valor.

Ruinas Prehispánicas de Tulum.

Tabla 2. La arquitectura en el Imaginario Turístico del Caribe. Elaboración propia.

 

La arquitectura en el imaginario turístico del Caribe mexicano.

México no es ajeno a la percepción global del imaginario caribeño. Es más, por su proyección es en gran medida el principal difusor de la imagen regional que nos ocupa. Por tanto, ningún intento de consolidar una marca regional puede dejar de lado el imaginario que México proyecta del Caribe ni el que los turistas tienen del mismo.

¿Pero, cuál es este imaginario? Para responderlo, hemos analizado dos tipos de medios al alcance del turista, por los cuales conocer el destino:

  • Por un lado, buscamos la perspectiva oficial en la página web del Consejo de Promoción Turística de México, www.visitmexico.com.
  • Por otro, buscamos la mirada indirecta del turista a través de dos Guías Turísticas, Lonely Planet y El País Aguilar, las cuales tienen en común recoger las impresiones y recomendaciones de dos tipos de turistas distintos en su redacción.

En ambos casos, para centrarnos en la región que nos ocupa, se ha analizado únicamente el Estado de Quintana Roo, al ser el colindante con el Mar Caribe.

a. La mirada oficial. www.visitmexico.com

El nombre oficial que agrupa la oferta turística de la zona es “Rivera Maya”. Pese a este calificativo de reminiscencias prehispánicas, únicamente se describen estos destinos históricos Playa del Carmen, Tulum y Cobá. Fuera de la “Rivera Maya”, se señalan Cancún y Cozumel, con mención aparte. En síntesis, la historia del lugar se utiliza para dar prestigio a un destino de sol y playa pero no como reclamo fundamental.

En las descripciones del lugar se detallan las posibilidades de disfrutar de sus bellas playas, del entorno natural, que incluye desde manglares, cenotes, parques naturales, flora y fauna, hasta la riqueza subacuática. Se destacan también las grandes áreas arqueológicas, junto con las posibilidades de practicar deportes acuáticos. Pero, sobre todo, se enfatiza el lujo y glamur de los equipamientos turísticos, en los cuales se ofrecen servicios de spa, centros comerciales, campos de golf y la posibilidad de practicar la pesca deportiva, claramente enfocado en un turismo de “alto nivel”.

Por otro lado, aunque sin profundizar, la página oficial se refiere a los “otros turistas”, “Viajeros de espíritu aventurero”, a los que propone actividades distintas. En concreto les recomienda visitar los pueblos mayas, con la oportunidad de presenciar la cultura maya “presenciarás rituales religiosos”. Con ello el gobierno da a entender, sin decirlo, que a la mayoría de los turistas de la zona no les interesa la cultura local.

Fuera de los grandes núcleos turísticos, existen referencias a las zonas no urbanizadas, destacando la amplia oferta ecoturista de la zona, donde disfrutar de “las maravillas naturales y culturales”, así como de varias actividades, en la que destaca su política de protección al medio ambiente.

En términos cuantitativos, el análisis de los destinos sugeridos es sintomático. De los 15 indicados -todos ellos en el marco del Mar Caribe-, 6 son entornos naturales, 2 ciudades, 2 pueblos, 2 playas, 2 yacimientos arqueológicos y en línea con la señalada exclusividad turística, se destacan 2 desarrollos privados (residenciales y hoteleros). Y desde una óptica disciplinar, sorprende que no se mencione ningún atractivo arquitectónico, salvo una breve mención a la Quinta Avenida de Playa del Carmen, destacada eso sí por los servicios de restaurantes y comercio.

b. La mirada no oficial:

Pese a tratarse de medios impresos, en las guías analizadas el número de destinos recomendados se amplía y tanto el discurso tienen un tinte menos deleitable.

b.1. El País Aguilar

La guía española destaca 24 destinos en la zona: 8 yacimientos arqueológicos, 7 entornos naturales, 5 pueblos, 3 ciudades, y una playa.
De manera resumida y jerarquizada los atractivos señalados se centran en:

  • La belleza del entorno natural (lagunas, cenotes, arrecifes, etc.)
  • Las playas (“de arena blanca, limpias y templadas”).
  • La diversidad de flora y sobre todo de fauna exótica.
  • Los yacimientos arqueológicos
  • Las vistas panorámicas.
  • Las actividades ofertadas (en el que se incluye el turismo activo, como el submarinismo, windsurf, y la posibilidad de nadar en aguas tranquilas).
  • El ambiente relajado y el pintoresquismo, en los pequeños poblados.
  • Los servicios a disposición del turista.

Para nuestra alegría aquí sí se incluyen “atractivos arquitectónicos”. Específicamente, 7 edificaciones no arqueológicas: 2 museos (Museo de la Isla –Isla Mujeres–, Museo de la Cultura Maya –Chetumal–), una iglesia (Iglesia de San Miguel –Isla Mujeres–), un Fuerte español (–Bacalar–), una hacienda (Hacienda Mundaca –Isla Mujeres–), una infraestructura (Aeródromo –Isla Mujeres– y una calle (la misma que en el caso anterior: La Quinta Avenida del Playa del Carmen). En todo caso, frente a las recomendaciones arqueológicas, las arquitectónicas están en clara desventaja, pues se hace referencia a 15 vestigios, y muy por debajo de las menciones a entornos naturales.  

Ahora bien, en cuanto a los aspectos por los que los edificios incluidos se destacan, son los siguientes (por más información, ver Zamudio. 2012: 156):

Atractivo turístico arquitectónico

Valores que destaca

  • Museo de la Isla (Isla Mujeres)

Únicamente se menciona

  • Museo de la Cultura Maya (Chetumal)

Tamaño (espacioso) / Contenido

  • Iglesia de San Miguel (Isla Mujeres)

Jerarquía (la única)

  • Fuerte Español (Bacalar)

Nobleza / Jerarquía

  • Hacienda Mundaca (Isla Mujeres)

Anécdota

  • Aeródromo

Situación respecto al lugar (ocupa la parte central)

  • La Quinta Avenida (Playa del Carmen)

Jerarquía / Servicios

Tabla 3. Atractivos arquitectónicos de Quintana Roo. Fuente: Guía El País Aguilar. México. Elaboración propia.

           
Lo que se dice de estas arquitecturas es interesante, porque no se destacan por valores arquitectónicos. Su valor lo determina sobre todo su situación frente a otras edificaciones y el lugar en el que están enclavadas. La excepción es el Museo de la Cultura Maya mencionado por una característica disciplinar, aunque en gran medida anecdótico: el tamaño del edificio. Viendo lo que la guía dice de la arquitectura, los valores arquitectónicos no forman parte de los imaginarios turísticos.

En cuanto al lenguaje empleado en la guía, existe un cambio significativo respecto a la mirada oficial, pues aquí sí se habla de algunas características negativas de la zona. Algunos tienen que ver con la climatología, como los efectos de huracanes, pero otros efectos humanos, como los que el propio turismo ha traído a la zona, como la masificación y una tipología turística específica: “A quien no le guste el ambiente playero típico de los grandes centros turísticos podrá encaminarse a las no menos atractivas playas publicas”.  Probablemente, esta consideración responde a que en esta guía se incluyen más destinos turísticos que en la web oficial. Aun así, se utiliza un lenguaje políticamente correcto, lo que no ocurre con el último medio analizado.

b.2. Lonely Planet

Esta guía, orientada a viajeros jóvenes, es el menos edulcorado de los documentos analizados y tiene un enfoque claro hacia un turista independiente que huye de masificaciones y precios exorbitantes.

Para la zona que nos ocupa, la guía sugiere 21 destinos: 9 entornos naturales, 5 poblados, 4 zonas arqueológicas, y 3 ciudades. Si bien no se incluyen playas como sitios recomendados, todos los destinos tienen como entorno el Mar Caribe, y sí que se destaca en las sugerencias incluidas.

Al igual que en los casos anteriores, se acentúan las bellezas naturales del entorno, sobre todo en lo referido a las playas, el clima, así como las posibilidades de realizar actividades deportivas y aquellas referidas a visitar las ruinas arqueológicas mayas.

En cuanto a la arquitectura, se incluyen 6 menciones entre los atractivos del lugar:

Atractivo turístico arquitectónico

Aspectos descrito

  • Museo de la Isla de Cozumel (Cozumel)

Contenido

  • Santuario de la Cruz Parlante (Felipe Carrillo Puerto)

Posibles agresiones a los turistas

  • Centro Cultural Chan Santa Cruz (Felipe Carrillo Puerto)

Contenido / Servicios

  • Fuerte español (Bacalar)

Historia / Contenido

  • Museo de la Cultura Maya (Chetumal)

Jerarquía / Contenido / Elementos Aislados
Servicios / Bellamente concebido y realizado

  • Museo de la Ciudad (Chetumal)

Tamaño (pequeño) / Bien organizado

Tabla 4. Atractivos turísticos arquitectónicos en Quintana Roo. Guía Lonely Planet. México. Elaboración propia.

             
Al igual que en la guía española, es el Museo de la Cultura Maya el edificio más destacado. La valoración es positiva, pero en la descripción poco se dice de cómo es el edificio ni qué aspectos arquitectónicos lo diferencian. En cambio, resulta interesante ver como al referirse al Santuario de la Cruz Parlante, la atención se centre en advertir al turista de posibles agresiones de parte de los habitantes locales, quienes no aceptan la presencia de extranjeros en el Santuario.

Frente a la oferta cultural enfocada en los yacimientos arqueológicos, en este caso se recomienda la visita a 8 puntos de interés, con lo cual hay similitudes con la guía El País Aguilar. La diferencia deriva sobre todo por las detalladas descripciones que en ambos casos se hacen de las ruinas mayas.

Lonely Planet, a diferencia de los otros dos casos, abunda aspectos negativos, como los estragos de los desastres naturales ocurridos por huracanes que han azotado la zona, o critica severamente el tipo de turismo empaquetado, masificado y exclusivo (caro), ofreciendo alternativas para librarse de ello. Por ejemplo en el caso de Cancún inicia su descripción diciendo: “En su lugar, muchas otras ciudades del mundo sentirían cierta vergüenza, pero Cancún no se amilana. Impertérrita e irredenta, cual una Las Vegas tropical, exhibe sin pudor su hortera y sensacionalista encanto, ya sean bailarines mayas de pega, piratas de cartón o turistas americanos ahítos de cerveza. Cancún lo soporta todo. Ahora, ¿podrá hacerlo el visitante?” (Lonely Planet, 2009: 906)

En síntesis, destaca en esta guía un lenguaje directo, incluso crudo, la forma despectiva en que se refiere a determinadas zonas turísticas y la alta valoración que ofrece a zonas con menos intervención de los gestores turísticos. Ejemplo de ello es el modo en que se refiere a Xcalak. “Con sus destartaladas casas de madera, barcas varadas en la arena e indolentes pelícanos planeando, esta diminuta aldea en medio de la nada supone una escapada perfecta. A pesar de estar tan cerca de la zona más castigada por el huracán Dean, Mahahual, Xcalak no sufrió su peor embestida, y gracias a su aislamiento y al arrecife coralino de Chinchorro, que  impide la creación de un puerto deportivo, quizá se libre del frenesí constructor”. (Lonely Planet, 2009:948)

Consideraciones finales

El motivo que aquí nos reúne ­-el intento de consolidar una Marca Región del Caribe- es un momento oportuno para analizar, pero sobre todo para cuestionarnos, los imaginarios turísticos que componen la región.

No es una pregunta baladí porque, como se ha señalado, la identificación (el imaginario) de un destino turístico es la principal función de una “marca turística”, y es a través de ésta que se determina cómo se quiere que los turistas a los que está dirigida su imagen los perciban.

En las páginas anteriores hemos resumido lo que son las principales características de la imagen que del Caribe se tiene. Con independencia de los matices que se quieran realizar, entendemos que se trata de una imagen consolida, al repetirse en medios tan distintos como los analizados. Desde esta perspectiva la tarea de quién quiera promover una Marca Caribe sería profundizar en los tópicos señalados.

Sin embargo, como también hemos indicado, esta imagen consolidada del Caribe muestra sólo una parte de lo que en ocurre y, probablemente, una imagen muy poco compartida por los caribeños. Ciertamente, podemos obviar esta última consideración y continuar con la tópica proyección actual de la región. Pero si consideramos que una verdadera Marca Región del Caribe debiera dar una cuenta más clara de lo que la zona es y de lo que en ella ocurre, entendemos que habría que plantear el problema desde una perspectiva más amplia e inclusiva.

La verdad, es que no tenemos claro qué debería incluir esta marca regional ni menos cómo podría resumirse y hacerse visible en los términos que hoy se plantean y utilizan las maracas turísticas. Pero aunque esto no lo sepamos, entendemos que son claras las preguntas a que debería responder la marca o, al menos, las preguntas a las que deberían responder los promotores de la misma. A saber:

  • Si son las marcas las que de una u otra manera guían la oferta turística de la zona, ¿hasta qué punto sería conveniente insistir, como lo hacen la promoción oficial y la guía para el turista sénior, en el “turismo de excelencia”?
  • ¿Qué supone acentuar sus propiedades sobresalientes y disminuir (u obviar) los tópicos negativos se asocia ya a valoraciones poco favorables para otras clases de turistas, e incluso para los habitantes locales (recordemos el caso del Santuario de la Cruz Parlante)?
  • ¿Cómo afecta el imaginario proyectado en el desarrollo local?
  • ¿Por qué la rica cultura local cotidiana (incluida su arquitectura) no se destaca en la promoción de la zona?
  • ¿Qué tienen que decir los propios caribeños de su imagen y del tipo de turismo que quieren?

Para no extendernos, se trata de preguntarnos suma ¿qué tipo de turismo se quiere y por qué quieren ser identificados los caribeños?

BIBLIOGRAFÍA

CPTM. Consejo de Promoción Turística de México (2012).Portal Oficial para la promoción y difusión de los productos y servicios turísticos de México. www.visitmexico.com
GOYCOOLEA PRADO, Roberto (2006); “Imaginarios turísticos y configuración del espacio. México en la Guía verde.”. Rev. A Parte Rei, nº 44. Sociedad de Estudios Filosóficos, Madrid. http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/termas.htm
Guías Visuales El País Aguilar. México. (2007). Cuarta edición. Madrid
HIERNAUX-NICOLAS, Daniel. (2002).”Turismo e imaginarios”. Imaginarios Sociales y Turismo Sostenible. Cuadernos de Ciencias Sociales 123, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Costa Rica. pp. 7-36.
Lonely Planet México. (2009). Editorial Planeta, 4ª edición en español. Barcelona. pp. 902-955.
ZAMUDIO, Laura. (2012) “La arquitectura en los lugares turísticos”. Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas (RIPS). Monográfico especial. 11 (2). Universidad de Santiago de Compostela. Santiago de Compostela. pp. 145-158.


La Red Internacional de Pensamiento Crítico sobre Globalización y Patrimonio Construido, RIGPAC, surge en el año 2009 por iniciativa del Dr. Carlos Mario Yory, Colombia, con el fin de pensar tanto los retos y amenazas que la globalización supone al patrimonio construido, como las alternativas y oportunidades que ésta pudiera propiciar. 


 


Roberto Goycoolea Prado. Arquitecto por la Universidad del Bío-Bío, Concepción, Chile. Doctor en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid. Director del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Alcalá.

Laura Susana Zamudio Vega. Arquitecta por la Universidad de Sonora (México), graduada del Máster Oficial en Proyectos Avanzados de Arquitectura y Ciudad, en la Universidad de Alcalá, y alumna del Doctorado en Arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y Geodesia de la misma institución.