Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.


La problemática del espacio y el lugar en la arquitectura actual

Adriana Quiroga Zuluaga

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A raíz de la investigación que se lleva a cabo de arquitectura contemporánea en la actualidad, se hizo necesario estudiar el tema del espacio en la arquitectura del siglo XX y con ello poder hacer una descripción breve de la relación existente entre espacio y lugar, que para mi punto de vista son dos temáticas totalmente diferentes cuya relación es irrevocable.

Ahora bien, para realizar la elaboración de este artículo se toma el campo de la percepción para, a partir de allí, poder ubicar el área de estudio del espacio y del lugar. Se entiende por percepción al producto elaborado en el cerebro que nace de la unificación de los sentidos; se percibe de acuerdo al proceso que es dado por los sentidos, el cual depende de cada individuo y de su condición cultural y fisiológica, por lo tanto es unívoca.

Una de las primeras teorías sobre la percepción la desarrolla la escuela de la Gestalt [1], toma los lineamientos de la sociedad occidental y se despliega a través de patrones por los cuales la percepción distingue un objeto en su fondo; contemplando la imagen a partir de unos cuantos indicios. Tiene como principios básicos, darle un carácter formal a la percepción, esto significa que toda forma tiene una estructura global que está gobernada por leyes propias que tienden a su plenitud. Con el existencialismo, la percepción se enfoca a partir de la ubicación del hombre, de tal manera que el hombre se encuentra en el centro y maneja un sistema de direcciones que van cambiando con respecto al movimiento del cuerpo; entonces la percepción para el existencialismo, a diferencia de la teoría de la Gestalt, tiene en gran parte un grado de subjetividad, donde el espacio arquitectónico que se percibe depende del perceptor y de sus direcciones propias. Por consiguiente una de las formas de entender el estudio perceptivo de la arquitectura va depender de cada individuo respondiendo a una forma de vida entendida en su expresión física.

La percepción para este caso es subjetiva y va ligada básicamente a la condición cultural y fisiológica de los sujetos; donde el sujeto da un sentido de significación. En este sentido, se convierte en una herramienta de análisis de espacios indispensable para la arquitectura en la actualidad, influye como factor en el momento que determina lo que el objeto nos identifica como resultado. Para poder valorar a la arquitectura como modelo de expresión, resultado de un proceso demandado por la sociedad occidental, debemos tomar en cuenta los factores y efectos que la han producido, pero también su desarrollo en el contexto sociocultural actual en el que se desenvuelve. "La valorización en este caso debe estar centrada hacia los deseos, intereses y tendencias de comportamientos individuales y de masas" [2], el principio de valor que ejerce el arquitecto se da como una respuesta de modelo a los procesos económicos, tecnológicos y culturales que determinan la serialización ordenada de sus actos.

Con ello el espacio se convierte en el elemento donde se desarrolla la valorización de la arquitectura, donde convergen todas las manifestaciones humanas. Es decir, el espacio actúa como signo porque comprende un significante que es el lugar concreto ante mí y un significado (el objeto arquitectónico) que es el espacio sugerido por el significante; con esta propiedad de signo el espacio oscila continuamente entre el espacio del significado y el espacio del significante.



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El concepto de espacio en la actualidad

Si entendemos la importancia del espacio en las manifestaciones humanas, como el escenario donde se manifiesta toda materia tangible que resulta del contexto socio cultural. Podremos comprender al espacio como el elemento donde interactúa la percepción del individuo con respecto al objeto diseñado.

Estos objetos arquitectónicos generan comportamientos humanos que se generan secuencialmente de acuerdo a los cambios continuos que el espacio, en su interior, va enfrentando. Es decir, el espacio está fuertemente influenciado por el contexto sociocultural que lo conforma, esto conlleva a que la evolución constante de factores económicos, tecnológicos, sociales y comunicativos entre otros, ocasionen en el diseño de los espacios cambios repentinos que afectan el comportamiento humano.

Tomemos un ejemplo de amplia escala, el espacio de la ciudad: "como el gran espacio humano conformado, que plasma la materialización y delimitación del espacio; es el escenario del lenguaje de las evocaciones y los sueños; es el mundo de una imagen que lenta y colectivamente se va construyendo y volviendo a construir incesantemente [3]. Vemos que la conformación de espacios urbanos se transforma en lugar simbólico, porque en ellos la celebración del ritual, la fiesta, la diversión y el entretenimiento consagran los elementos plásticos plurisensoriales como productos efímeros o de escenificación de la vida.

Entrando en detalle, encontramos que el espacio no se debe entender como un concepto abstracto, es el significado que adquieren una serie de condicionantes que lo conforman, en función a sus características y a la forma de vivir en su interior. Existen espacios que están destinados a funcionar como instrumentos en torno a una serie de rituales, sagrados o profanos, de larga duración o no perdurables; cuya función es la interacción, que tienen fundamentos en una estructura ideológica de la comunidad que lo consume. De acuerdo a esto, el espacio es tomado como el lugar de manifestación de cualquier actividad cultural, que va muy ligado con la forma de actividad específicamente humana en su utilización estética: "Una actividad que consiste en transformar materiales mediante una actitud creativa y poblar el entorno con signos cuya misión final es comunicar, mediante un repertorio simbólico consensual, la descripción que de la realidad hace cada comunidad" [4]. Estas formas de comunicación, se pueden manifestar de acuerdo al mensaje de perdurabilidad que la comunidad quiera asignarle, empleando materiales de larga duración, como manifiesto para comunidades futuras o de una perdurabilidad temporal, donde interviene la utilización de materiales perecederos.

Para ello se debe tener en cuenta; " independientemente de su perdurabilidad, no existe un espacio transformado separado de una vivencia de tiempo, ni ninguna creación que no participe aunque sea en forma fugaz, en una representación de la cultura con un principio y un fin [5]. Siguiendo con este hilo conductor, se podrían manejar tres acepciones del espacio, con respecto a la evolución en el tiempo y la influencia del contexto sociocultural para su conformación, estas son:

1. El espacio natural transformado: Territorio


Se entiende como territorio el marco físico en donde se llevan a cabo las actuaciones encaminadas a la supervivencia del individuo y de las especies. Este marco físico está determinado por un medio físico y por el ecosistema del grupo que lo habita. Unifica las relaciones interindividuales, respecto a la organización social, dominio territorial y status. Se articula en un universo conceptual, la vida para una comunidad empieza a ser conformada en el momento que ella establece el punto cero, lugar geográfico que ocupa en el espacio y desde donde se referencia todo movimiento; delante, atrás, derecha, izquierda, arriba y abajo, según la dirección que posea respecto a partir y volver.

Esta organización de posesión del territorio, se denomina, "Geografía mítica", la cual tiene su enclave en las primeras manifestaciones religiosas, donde el espacio deja de ser neutro a otro nivel y aparece la diferenciación entre espacios sagrados y profanos [6].

2. El Espacio como escenario

E. Gofmman [7], dice que cada ser colectivo representa una serie de papeles, donde el ser humano interactúa, como respuesta a las acciones de otros individuos, está ínter-actuación desarrolla una obra que se define como la actividad total del individuo para influir en los demás.

La vida es un teatro en donde el individuo es participe de una serie de representaciones ritualizadas que se llevan a cabo en escenarios exclusivamente utilizados para ese fin y que son ampliamente trabajados por medio de la ornamentación, donde la actuación del individuo se muestra como una fachada ante el lugar físico que permanece, de tal manera que el ser humano desarrolla su papel y abandona el lugar al momento de culminar.

La sociedad tiene establecidos unos sistemas de comunicación, los cuales imparten patrones ideológicos que se llevan a cabo durante un tiempo concreto en un marco físico determinado. Donde el espacio constituye un escenario utilizado por un grupo que se representa simbólicamente, en su interior la obra de arte espacial que lo conforma debe poseer una estética que represente el universo simbólico de esa comunidad. Es decir, el individuo ante la presencia de otros, genera una actividad llena de signos, los cuales sirven para destacar y confirmar su papel.

Concluye Goffman, que al analizar cada obra de arte desde este punto de vista, se debe interpretar como un elemento que participa en un espectáculo total, diseñado para vivenciar ideológicamente las experiencias de un grupo que se está renovando continuamente. Lo que define y distingue una cultura de otra, son los diferentes mecanismos de escenificación que utilizan.

3. La arquitectura actual como espacio

Existen varias formas de explicar el concepto del espacio en la arquitectura y su relación directa con la sociedad que lo demanda, en este caso el hilo conductor a seguir es básicamente la influencia del contexto sociocultural en el último siglo, siendo el contexto una de las determinantes del diseño interior de espacios en algunos objetos arquitectónicos.

Durante la historia, el espacio es donde convergen todas las manifestaciones humanas, por ejemplo en la actualidad, se puede hablar del consumo del espacio que se genera a partir de la producción a gran escala del espacio, esta producción va muy ligada al proceso acumulado del capital y al aumento de los enlaces globales en la construcción, por medio de la reconstrucción, renovación y rediseño de los bienes raíces actuales. A su vez, el manejo de información a través de la tecnología de espacios que anteriormente no se tenían contemplados y que en la actualidad forman parte de una gran exploración de cobertura global que busca llevar a la actividad imaginaria a visiones fuera del espacio y la exploración planetaria.

El estudio del espacio toma una gran importancia en la arquitectura a partir del siglo XX, por ello daremos una breve sinopsis que delimita el espacio en función a su contexto; haciendo énfasis en los estudios sobre el espacio desde el Movimiento Moderno hasta nuestros días. En los últimos cuarenta años, según Robert Venturi, el hombre se ha centrado en el espacio como ingrediente esencial que diferencía la arquitectura de las demás artes. Siendo el espacio tradicional visto por el hombre, -las plazas- las cuales conciben la escala del peatón y es uno de los mejores modelos diseñados por el arquitecto que le gusta manejar los espacios cerrados.

Fue con arquitectos como Wright y Le Corbusier, que mostraban en algunas ocasiones en sus proyectos, como las demás artes se podían mezclar con la arquitectura y generar un espacio que no fuera sagrado para el arquitecto. Pero la arquitectura purista rompió con el eclecticismo del siglo XIX, y los arquitectos modernos negaron y abandonaron la teoría que permitía a las otras artes mezclarse con la arquitectura. El mensaje era básicamente arquitectónico.

Actualmente, la arquitectura busca una confrontación más directa con las demás artes, esto conlleva a que exista dentro de un marco del espacio, diferentes facetas, como las artes plásticas y las ciencias sociales, las cuales brindan al arquitecto la oportunidad de ampliarse, de manera libre, en el proceso del diseño.

3.1. El espacio y la arquitectura del Movimiento Moderno

A finales del siglo XIX, con el historicismo Hegeliano; se convertía fácil otorgar una cronología y secuencia a la apariencia de las cualidades formales, a la forma lineal, plana y masiva. Para finales del siglo XX, conceptos como posmoderno, moderno tardío y deconstructivista, buscaban identificar un núcleo de atributos estilísticos y específicos para medir la normalización, deformación y transformación en relación con "periodos" temporales [8].

A partir de 1900, el espacio se convirtió en el instrumento primario de la reforma arquitectónica, era acabar con el significado que el estilo traía con su abstracción y universalismo, el espacio se adapta y se acomoda a sus ciudadanos contemporáneos, siendo la premisa del diseño durante el movimiento moderno. El espacio es intangible escapa de la representación, sus cualidades se pueden caracterizar mediante un estudio que no está siendo representado.

El espacio, según Proust: elude la precisión verbal, los efectos de un espacio único pueden cambiar su naturaleza de acuerdo con los estados subjetivos e individuales de la mente, influenciados por papeles sociales, sexuales y de género, creando una imagen de comodidad por medio de asociaciones con términos como lugar y hogar [9]. Uno de los puntos de origen de este cambio social tiene que ver con la gran revolución que se origina antes de la primera guerra mundial, pero que toma fuerza después de 1918, " La gran revolución se lleva a cabo con la actitud mental de dos contrarios, trabajo - dirección (…) dirigiendo su preocupación hacia el incremento del tamaño de la plusvalía" [10].

Este fenómeno es totalmente dictatorial, porque el espacio es visto como sistema de producción, sirviendo como sustento para el espíritu del Movimiento Moderno con respecto al espacio: "el programa riguroso de la fábrica moderna". En los tiempos de guerra se proporcionaron modelos que podían ser aplicables a la primera necesidad de la reconstrucción, (la habitación). Para Le-corbusier, el racionalismo había conducido a un método de producción que revolucionó en su momento la arquitectura misma, por consiguiente cuando la manera de construir se modifica automáticamente, la estética de la construcción misma da un vuelco.

Por otro lado las ideas originarias de llevar a estudio el espacio en el siglo XX, también tienen su basamento en el tiempo, cuya relación o resultado es dado por la teoría de Einsten "Espacio- Tiempo". Después de la primera guerra mundial, el espacio era visto como representación de un término o como un envoltorio del tiempo, el tiempo era concebido como lo inevitable, la frecuente irrupción de la continuidad espacial; siendo la metrópoli moderna la manifestación clara de la influencia del tiempo en la ciudad, la metrópoli es el resultado de la asociación entre espacio - tiempo; el tiempo en la metrópoli marca ritmos cotidianos de transporte y necesidades productivas y comerciales de capital; esta relación físico- social (tiempo-dinero) se alimenta básicamente en el espacio de la metrópoli, el dinero es el motor de vida metropolitana y es el agente indispensable de la vida social.

3.2. El espacio en la arquitectura de la época de posguerra

Después de la segunda guerra mundial, historiadores como Zevi, Martiensse y De Fusco; dieron la idea propedéutica y distintiva del espacio moderno; confiriéndole al método de Taylor tonos instrumentales para responder a las nuevas sicologías del sujeto en el ámbito político, psicológico y sociológico [11].

Para los políticos como Teodor Herzl, George Simmel y Halbwachh entre otros, el espacio que se teorizaba en la geografía y la sociología fue el instrumento para entender a la arquitectura y el urbanismo; los sicólogos y filósofos, Piaget, Sartre, Monkowski y Heidegger, evocados por Bachelard, comenzaron a trabajar el espacio y sus múltiples relaciones en el ámbito de la poética, enfatizando a la arquitectura como una de las artes que está determinada principalmente por el papel del hombre en la sociedad. Funcionalistas, como Edward. T. Hally y Robert Sommer; sirvieron de consuelo, auxiliados por los manuales de organización espacial de Lynch y Alexander, mientras los marxistas -Henry Lefebvre- y poseestructuralistas -Foucault- revitalizaron la idea del espacio al relacionarlo con el poder y los sistemas de orden institucionalizado.

3.3. El espacio en la arquitectura posmoderna


Con el "relativismo" se desestabilizaron los conceptos espaciales modernistas; el relativismo otorgaba al espacio todas las características de una subjetividad proyectiva o le negaba todo papel funcional o instrumental. Arquitectos como Himmelblau, maneja de forma abierta en sus obras, las fuerzas psíquicas de la proyección y la intervención que se enfrenta en el espacio euclidiano en colapso. "Nuestra arquitectura carece de plan físico, no así de plan psíquico" [12]. Para Freud, era posible concebir un mismo espacio que albergase dos contenidos distintos al mismo tiempo; solo en nuestra mente se podían ubicar dos lugares en el mismo espacio. Es así como el arquitecto Himmelblau, toma la arquitectura con doble significado acercándose al imaginario freudiano, y habla de la "post imagen" del expresionismo. Ejemplo de ello está en su obra "El Bar Ángel" ubicado en la ciudad de Viena.

En la ciudad el espacio posmoderno se ve reflejado por la integración de la calle con el espacio privado, al extenderse la calle publica en los conjuntos residenciales donde no entran sino los moradores, pero la calle privada continua simulando ser pública, o cuando nos encontramos sentados en un café ubicado sobre la calle, encontramos en un mismo espacio la posibilidad de estar adentro y afuera en un mismo lapso de tiempo [13]. Como individuos, estamos dentro de una escena ya habitada por nuestros dobles y construida como nuestra Psique, siendo este quizás el material con el que se fabriquen las "Utopías", no es el sueño feliz de satisfacción sino el deseo bloqueado.

3.4. El espacio en movimiento

Fenómeno muy característico de este decenio en la obra arquitectónica, el cual está ampliamente enfatizado en la obra de Ghery y de algunos de sus contemporáneos; el poder representar las transformaciones sucesivas dentro de la idea del movimiento visual y corporal en el espacio, para que con ello el movimiento de sus obras adopte diversas formas. Encontramos movimiento en obras de construcción aparentemente incompletas comparadas con los movimientos dadaístas, constructivistas y expresionistas de inicios del siglo XX. El manejo de la perspectiva no es tan sólo una simple técnica de representación para describir una forma previamente diseñada sino un implemento generador o productor de espacios; donde el observador queda atrapado entre las insistencias de un orden preconcebido y la realidad evidente de una sola distorsión percibida.

El movimiento se engendra fenomenológicamente bajo la incertidumbre del ojo, como la torsión que se aplica a construcciones con previa estabilidad espacial. Ghery, estudia el lugar del sujeto dentro del movimiento del espacio arquitectónico; en un intento por determinar los límites apropiados para el sujeto con respecto a la arquitectura, el individuo actúa de acuerdo a la ilusión de proyección de los desplazamientos psicológicos y visuales de la mente, algo que va en contra del pensamiento que hacía parte del movimiento moderno.

La arquitectura en este sentido se convierte en escenario que sirve como estímulo de auto representación y que a la vez pone en prueba, condensa y disemina; para ello la arquitectura debe tener cierta autonomía de sí misma y engendrar su propia vida análoga, mas no imitadora del sujeto [14]. Una vez que la arquitectura es habitada, sus distorsiones operan en conjunción con las del sujeto en una forma de conversación ya no orientada a reinstalar al sujeto en la gloria central, sino a la exploración de todas las dimensiones de la diseminación espacial del sujeto.



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El concepto de lugar en la actualidad

La problemática del lugar es ampliamente trabajada en este siglo por la escuela de la Gestalt, a través del estudio perceptivo que el hombre tiene del lugar, y propone sustituir el concepto del lugar por espacio. Pero, es con el movimiento existencialista que se propone edificar lugares para el habitar [15], entendiendo que habitar lleva consigo la palabra morar [16]. Existen varias acepciones sobre el lugar de áreas interdisciplinares que son empleadas por la arquitectura, tal es el caso de la filosofía y la antropología entre otras, las cuales determinan el lugar como una idea de espacio que se establece en el tiempo; con esto la arquitectura genera al lugar una continuidad que va estableciendo las raíces de la sociedad; la obra arquitectónica pone de manifiesto, celebra, examina y atiende, el espíritu del lugar " Genius Loci". Determinando al espacio como una divinidad mítica [17].

El lugar toma su verdadero significado cuando adopta su posición frente al espacio, en el momento que se integran las manifestaciones entre los objetos y los fenómenos que les rodea. Premisa que se viene elaborando desde la antigua Grecia con Aristóteles, define la primera acepción del término del lugar en la cultura occidental, para Aristóteles el lugar está definido por un límite del cuerpo envolvente que está en contacto con otro cuerpo en afinidad. Sin embargo, veintidós siglos después la modernidad, vuelve a retomar esta concepción del lugar y la empieza a trabajar ampliamente, ejemplo de ello lo encontramos en Hegel, el cual define al lugar por la relación del espacio con el tiempo y a la vez lo vincula con el movimiento y la materia. Bachelard en el siglo XIX plantea el valor del lugar, manifestado por la apropiación que el individuo tiene de él, en otras palabras cuando el ser humano se apropia del lugar lleva consigo el sentido del morar. Para este siglo nos encontramos con el existencialismo, este movimiento tiene amplia influencia de los filósofos anteriormente citados, en especial Hegel; y es con Heidegger que se dará una breve explicación sobre el concepto del lugar en la actualidad, definido con respecto a la posición y a las direcciones del hombre.

Retomando las bases teóricas que utiliza Cristian Norberg Schultz, nos centraremos en el movimiento existencialista, y su fuerte influencia en la concepción del lugar; el existencialismo ve el problema del espacio arquitectónico como dimensión de la existencia humana. Este espacio existencial es interpretado como la concretización de esquemas ambientales o imágenes que son parte de la orientación general del hombre y de su estar en el mundo, y genera movimientos innatos del cuerpo humano que a su vez crean un sistema de direcciones. Esta percepción es limitada y subjetivamente definida ya que depende de la relación entablada por el hombre y el espacio que lo converge dentro de sus direcciones. En otras palabras, el espacio arquitectónico existe independientemente del perceptor casual, por ello el espacio está dirigido a la interpretación de la existencia humana diferente de ser catalogado como una dimensión del pensamiento o de la percepción.

Entonces se puede tomar a partir de esta postura existencialista el concepto de permanencia, característico del lugar. Si retomamos a Piaget, la permanencia en los objetos está definida por el significado del objeto: "El objeto hace parte de un sistema de imágenes perceptivas, dotado de una forma espacial constante de principio a fin y puede ser un elemento aislado en el despliegue casual de las series en el tiempo (....) Las cosas son permanentes aunque puedan reaparecer o aparecer, lo importante es como el objeto se vuelve permanente bajo las imágenes móviles de inmediata percepción [18].

Vinculando lo anteriormente descrito con el objetivo de esta investigación podemos entender una visión más amplia del concepto de lugar para la sociedad; el universo está constituido por objetos permanentes conectados por relaciones casuales independientes del sujeto y situados en el espacio y en el tiempo, siendo el espacio producto de la interacción entre el organismo y el ambiente que lo rodea. Al ubicar este sujeto como centro, sus acciones se van a diferenciar y multiplicar en nuevos centros; siendo el primer centro el hogar (lugar para el habitar) y a partir de allí se generan lugares de acción donde se llevan a cabo determinadas actividades del ser humano y su colectividad, los lugares van a cambiar de acuerdo al centro del individuo.

"El lugar siempre es limitado, ha sido creado por el hombre y montado para su especial finalidad" El lugar es donde se experimentan acontecimientos de nuestra existencia significativos, define un punto de partida, a partir del cual nos orientamos y nos apoderamos del ambiente circundante [19]. El ser humano tiende a generar un ambiente estructurado, que brinda la capacidad para reconocerlo, y esto va ayudado de la existencia de los lugares que son relativamente invariables; por ello, un mundo en constante cambio no permite establecer dicho ambiente. Este ambiente estructurado va siendo la respuesta de la territorialidad, donde el individuo actúa como organismo que reclama característicamente una superficie, defendiéndolo hasta de miembros de su misma especie; entonces el lugar se convierte en el espacio propio, que es sagrado y define una territorialidad.

Los lugares son creados, dentro de sus múltiples acepciones, para desempeñar actividades básicas (institucional, educación, salud etc.) y para dar un sentido de límite que marca la distancia que hay entre individuos; estos límites a la vez generan lugares comunes para miembros de una sociedad, donde el espacio público hace que el espacio individual halle su lugar personal. El lugar requiere de un límite definido cuya forma centralizada implica una concentración, y este límite se convierte en el elemento básico del espacio existencial.

El lugar, dentro de la teoría de la Gestalt, está basado en la proximidad y cierre, que genera una concentración de masas, por ello la arquitectura tiene la tendencia a marcar un lugar por medio de una gran masa; pero el lugar no únicamente concentra, también es un punto de partida que está determinado por la relación del individuo con otros lugares. Para esto Kevin Lynch señala a los lugares como nodos o focos estratégicos en que el observador puede introducir típicamente, uniones de caminos, o concentraciones de algunas características [20].

Por último, es importante definir que esta concepción de lugar, en este sentido va determinando una territorialidad que el ser humano mora. Siendo el "morar" lo que asigna el grado de subjetividad al lugar. Con esto la problemática del espacio y el lugar en la arquitectura actual no queda del todo resuelta, no se puede dar una teoría exacta, que defina cada concepto y su relación, pero si se pueden establecer los lineamientos necesarios para su conformación, a través del estudio del contexto sociocultural al que pertenece y a partir de allí poder tener una lectura más clara de la arquitectura en la actualidad. Podríamos entonces dejar el siguiente estudio abierto al campo de la investigación y suscitar al lector para que entable su posición con la aportación de las siguientes preguntas:

1. ¿Se puede decir que dentro de un espacio, se pueden referenciar uno o varios lugares?
2. ¿El espacio se puede crear independientemente del lugar, o el lugar es definitivamente la esencia que determina la importancia del espacio?
3. ¿Cómo se puede delimitar el final del espacio, independientemente de su conformación física, ya que en el campo virtual el espacio no tiene fin?

Notas

1. El término Gestalt, significa todo o forma; esta escuela de origen alemán estudia la forma en que se perciben y experimentan objetos con patrones totales.
2. De Fusco R., "La arquitectura como mass- médium", Barcelona: Anagrama, 1970.
3. Silva A., "Imaginarios urbanos, Bogotá y Sao Paulo: Cultura y comunicación urbana en América Latina", Bogotá: Tercer mundo, 1994, p.15.
4. Fernández A., "Arte efímero y espacio estético", Barcelona: Antrophos, 1998, p.19.
5. Ídem.
6. Fernández, op. cit., p. 20.
7. Psicólogo que estudia el comportamiento del ser humano en la cotidianidad. En su libro "La presentación de la persona en la vida cotidiana", Buenos Aires: Amorrortu, 1959.
8. A Fin de siglo cien años de arquitectura, The Museum Of Contemporany Art, "El Antiguo Colegio de San Idelfonso", Catalogo de exposición., México: CONACULTA, 1999.
9. CONACULTA, op. cit., p. 103.
10. Frederick Winslow Taylor (1856-1915) Economista que realiza el método organización racional del trabajo. Este método marca el inicio de un sistema que se genera cuando el ser humano actúa como jefe de un grupo y rompe con los hábitos de militarización sistemática de sus trabajadores; por medio del entretenimiento sistemático de las suposiciones y recortes saláriales, para generar un día de trabajo cabal, pp. 17-18.
11. Ídem.
12. Ídem.
13. Silva A, op. cit., p. 15.
14. CONACULTA, op. cit., p. 119.
15. Heidegger, M., "Interpretaciones sobre la poesía de Hölderlin", Barcelona: Editorial Ariel, 1983. Heidegger introduce una acepción al término habitar": Significando algo más que residir en un lugar: Indica la auténtica relación entre el hombre y las estructuras existenciales. El hombre habita cuando es capaz de encarnar las estructuras existenciales fundamentales en cosas como edificios y lugares.
16. Morar (Buan): Quedar, demorarse, para Heidegger es la relación del hombre con los lugares, con los espacios (Ruam). El Construir es propiamente morar El construir como morar, se desarrolla en un construir que cuida, a saber, el crecimiento y en un construir que erige edificios. Heidegger.
17. Solá M., "Topografía de la arquitectura Contemporánea", Barcelona: Gustavo Gili, 1996.
18. Schultz, N., "Existencia, espacio y arquitectura", Barcelona: Editorial Blume, 1975, pp. 22-49.
19. Ídem.
20. Ídem.


Imágenes y fotografías: Cotesía del autor.

Bibliografía

CONACULTA, "A Fin de siglo cien años de arquitectura, The Museum Of Contemporany Art, El Antiguo Colegio de San Idelfonso", Catalogo de exposición., México: CONACULTA, 1999.
De Fusco R., "La arquitectura como mass- médium", Barcelona: Anagrama, 1970.
Fernández A., "Arte efímero y espacio estético", Barcelona: Antrophos, 1998.
Gofmman, E., "La presentación de la persona en la vida cotidiana", Buenos Aires: Amorrortu, 1959.
Heidegger, M., "Interpretaciones sobre la poesía de Hölderlin", Barcelona: Editorial Ariel, 1983.
Schultz, N., "Existencia, espacio y arquitectura", Barcelona: Editorial Blume, 1975.
Silva A., "Imaginarios urbanos, Bogotá y Sao Paulo: Cultura y comunicación urbana en América Latina", Bogotá: Tercer mundo, 1994.
Solá M., "Topografía de la arquitectura Contemporánea", Barcelona: Gustavo Gili, 1996.

Adriana Quiroga Zuluaga