Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.


"Cómo escuchar la música", de Aaron Copland.
Segunda edición en español, aumentada con base en la cuarta en inglés. Novena impresión. México, Distrito Federal. Ed. Fondo de Cultura Económica. 2009.

Eric Barceinas Cano

Aaron Coplan. Cómo escuchar la música. Segunda edición en español, aumentada con base en la cuarta en inglés. Novena impresión. México, Distrito Federal. Ed. Fondo de Cultura Económica. 2009. 283 pp. El presente volumen está traducido del idioma inglés. Es un documento académico sobre la comprensión musical, y la capacidad de ejecutantes, compositores e intérpretes hacia la recepción de experiencias inteligentes y emotivas.

Antecedentes del autor:

Aaron Copland. Compositor de música clásica y de cine estadounidense. Fue ejecutante, profesor y director de orquesta estadounidense. Sus obras más representativas se enmarcan influidas por el impresionismo dentro de una corriente que buscaba sus motivos de inspiración en el folclor y la música popular.

Resumen:

Este libro y su importancia en mi tema de investigación están fuertemente relacionados hacia la experiencia del compositor y su proceso creador. La creatividad musical está envuelta en una función perfectamente natural y simple. Para el compositor, escuchar música es una función perfectamente natural y simple. Si la música fuese algo que necesitara explicación, el compositor por naturaleza, sabría lo que existe y lo que hay en una composición musical, puesto que nadie con más derecho que él para decir al oyente que es lo que se puede sacar y como se puede escuchar la música. A modo de interpretación y detonantes personales de la experiencia del oyente.

El compositor, ayuda a los demás a oír más inteligentemente la música, labora por la difusión de la cultura musical, la cual en definitiva redundara en la mejor comprensión de sus propias creaciones. Bajo este argumento si se quiere entender mejor la música, lo más importante que se puede hacer es escucharla. Nada puede sustituir al escuchar la música hacia la comprensión de este arte.

No basta solo con oír la música en cada uno de los momentos que va existiendo. Lo qué se debe hacer es relacionar lo que se oye en un momento dado con lo que se ha oído en el momento inmediatamente anterior y con lo que va a venir después. Entras palabras, la experiencia del escuchar música es un arte que existe en el tiempo. Los sucesos musicales son por naturaleza más abstractos, de modo que resultan más difíciles de interpretar en la imaginación que los de una novela o cuento. Por eso es por lo que se hace necesario poder reconocer una melodía.

Por eso es por lo que se hace necesario poder reconocer una melodía. Pues lo que en la música hace las veces de argumento es, por regla general, la melodía. Generalmente la melodía es aquello de lo que trata la pieza. Si no se puede reconocer una melodía cuando aparece por primera vez y no se puede seguir fielmente todas sus armonías hasta el final no es comprensible el hecho de seguir escuchándola. Pues reconocer una melodía quiere decir que se sabe dónde se está y que se tienen muchas posibilidades de saber adónde se va.

Ningún compositor cree que haya atajos para llegar a la mejor inteligencia de la música. Lo único que se puede hacer en favor del oyente es señalar lo que de veras existe en la música misma y explicar razonablemente el cómo y el porqué de la cuestión. El proceso creador de la música está relacionado íntimamente con el compositor, el cual tiene una idea, la examina de la misma manera, más o menos, que lo haría el oyente si las contemplara. Quiere saber lo que tiene y también necesita saber qué significado emocional tiene su tema y que produce en los oyentes. Si toda música tiene un valor expresivo, entonces el compositor debe tener conciencia de los valores expresivos de su tema. La música debe fluir siempre, pues eso es parte de su misma esencia, pero la creación de esa continuidad y ese fluir constituye la existencia de todo compositor.

Valoración y aportación:

Este libro fue de gran importancia para poder abordar el proceso creativo que realiza el compositor al momento de reflexionar sobre las sensaciones que detonaran la melodía que está realizando. Intentando llevar los lenguajes senso-perceptuales que ofrece la música al proceso de diseño de lo arquitectónico. Es decir, del compositor al intérprete y de este al oyente. Casi toda situación musical prácticamente considerada implica tres factores distintos: un compositor, un intérprete y un oyente. Ellos forman una triada indivisible en la cual ningún miembro del cual está completo sin los otros dos. La música comienza por un compositor, pasa por un intérprete como medio y termina en el oyente. En la musica, todo va dirigido a crear una experiencia en el oyente. Por tanto, para escuchar inteligentemente tienes que entender bien no solo el papel sino también el del compositor y el del intérprete que constituyen la experiencia musical.

La obra de todo artista es, por supuesto, una expresión de sí mismo, pero ninguna tan directa como la del músico creador. Él nos da, sin relación con "acontecimientos" exteriores, la esencia de la expresión más plena y profunda de si mismo en cuanto hombre y su experiencia. El oyente cuando escucha la creación de un compositor está escuchando a un hombre, a un determinado individuo con su particular personalidad. Porque el compositor, deberá plasmar en su obra, su propia personalidad. La música en este caso, podrá ser de mayor o menor importancia, pero en caso de ser significativa siempre reflejara su personalidad. Ningún compositor puede poner en su música valores que no posea como hombre.

Cualquiera que sea la personalidad del compositor, ella se expresa dentro del marco de su época. Es la reacción recíproca entre personalidad y época lo que da por resultado la formación del estilo del compositor. El papel del intérprete no deja lugar a discusiones. Todos estamos de acuerdo en que el intérprete existe para servir al compositor, para asimilar su mensaje y detonar en atmósferas en donde la música está realmente viva si hay auditores vivos.

Eric Barceinas Cano