Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.


Lo sagrado del espacio barroco mexicano

José Luis Lizárraga Valdez


Luego de que los editores de la revista Arquitectura y Humanidades, acordáramos el tema, mi imaginación se pobló de una diversa variedad de iconografía religiosa, sin entrar en análisis minuciosos. Me representaba objetos que reproducían efigies que me habían conmovido en algún momento. ¿Cómo hablar de esas imágenes?

Los indígenas y la nueva religión

Relatos históricos narran que nuestros antepasados indígenas asumieron con actitud optimista la encomienda de tallar la piedra y la madera para edificar un anhelado sueño "El templo Barroco mexicano". En los inicios de la conquista española se destruyó, entre otras cosas, con asombro y temor toda evidencia de carácter religioso que tuviera relación con los vencidos. El despojo y la acción de tales acontecimientos produjeron, en los indígenas sobrevivientes, un vacío espiritual, un suelo desértico, en pocas palabras la vacuidad. Con el tiempo los vestigios artísticos como la arquitectura, escultura y pintura así como las manifestaciones rituales devotas mesoamericanas fueron sustituidas por la religión católica, por las edificaciones fortificadas; es decir los conventos, así como una gran gama iconográfica escultórica y pictórica que devenían fielmente con el catolicismo. Aunque incomprendidos al principio, por los indígenas, los Franciscanos, Dominicos y Agustinos se dieron a la tarea de implantar la nueva redención.

Las capillas abiertas fue uno de los principales frutos arquitectónicos, únicos y trascendentes en el nuevo continente, que ayudaron a acentuar los primeros actos espirituales en donde el indígena empezaba a estar presente. Un espacio delimitado con cuatro paredes y libre de techumbre fue el medio para desarrollar el culto al aire libre -aunque no totalmente- a usanza de los ritos precolombinos. El miedo del indígena hacia lo desconocido se iba perdiendo poco a poco; se encontraban ansiosos y necesitaban poner toda la devoción, esperanzas, sueños y fe en algo, ese algo fue lo permitido, lo que se presentaba como la nueva y única alternativa. El siguiente paso fue adentrar a los indígenas a desenvolver el rito dentro de espacios cerrados. Es entonces cuando se empiezan a edificar los nuevos templos. La necesidad de la fe es tanta que el mismo indígena empieza a ser instruido para levantar templos requeridos en devoción a su fe. Aprende a construir, esculpir, pintar y recitar las plegarias formales y literales del viejo mundo. El sincretismo respondió de increíble manera. El nuevo arte aportaba señales de autenticidad con la arquitectura barroca. Es por ello que señalo que el indígena edifica un anhelo puro, diáfano y representativo. Tratar al barroco mexicano es sin duda alguna aludir específicamente al estilo churrigueresco o barroco churrigueresco, por lo que a continuación se desarrolla una breve remembranza.

La influencia española

"España por su estupenda situación geográfica, atesoró las grandes influencias artísticas de los celtas,
de los griegos, de los romanos, de los fenicios, de los visigodos, de los judíos y de los árabes.
Del mismo modo se produjo dentro de su territorio un estilo nuevo y propio: el Barroco,
al que Churriguera le dio su nombre y donde este introdujo el pilar estípite
en su nueva modalidad reaccionaria…" [1].

De acuerdo con el citado libro, José Benito Churriguera, probablemente fue inspirado por algún álbum (publicados por Du Cerceau, 1545) que fueron modelos utilizados en el mobiliario francés en donde la estípite aparecía. Otra posibilidad es que Churriguera "al construir su retablo en Salamanca, conociera la mansión de Zoporta y se inspirara allí" [2]. Una más, pareciendo ser la más difundida, es que en España este apoyo se extendió ampliamente desde que el arquitecto madrileño lo empleó en una obra efímera: "la pira funeraria de la reina María Luisa de Orleans -1689-. Más tarde diversos artistas lo utilizaron en retablos y portadas civiles y religiosas" [3]. Tales insinuaciones indican que el afamado estilo, que por cierto muy significativo en América, se dedujera por inspiraciones diversas en donde cualquier artista le daba su propia personalidad y esencia.

El estilo Barroco posee cualidades muy interactivas en su ejecución, más aún lo fue, por presentarse como una esencia, que en cada caso particular se impregnaba con actitudes creativas diversas que denotaban un carácter estético fundamentado en ideales muy singulares. La familia del arte de los Churriguera, iniciada por Joseph Xurriguera y José Simón Churriguera, abuelo y padre del trascendente José Benito Churriguera, además de sus hermanos Joaquín y Alberto, después por sus descendientes Jerónimo y Nicolás, generación artística reconocida y famosa por desarrollar en Madrid y específicamente en el arte religioso de toda España, poseen en sus más exquisitas obras:

- Floraciones de ángeles con actitudes de vuelo.
- Nichos con doseles y cortinajes.
-
Querubines con las alas cruzadas.
-
Roleos y conchas abultadas.
- Ménsulas resaltadas.

Los Churriguera tuvieron bastas críticas, unas a favor del nuevo estilo, así como otras en pleno desacuerdo: "Contra el arte churrigueresco llamado a sus autores jerigonsistas, chafones y badulaques (…) por menos dislates estaban muchos en casa de locos (…) mejor estaba la piedra en bruto en la cantera que labrada en tales adefesios" [4]. "¡Churriguera, arquitecto maldito, sirena deliciosa! (…) Tus altares en las iglesias hispanas, tus portales madrileños, tu salmantina Casa municipal, me traen y traerán un día al mundo -con el desbordamiento tumultuoso de tu pasión, con su mal gusto- que cuenta igualmente unos cuarteles de nobleza y rememoran el caos primitivo como las obras clásicas rememoran el griego Partenón -un trágico contar de abismo y de océanos. Preveo para Churriguera, en hora próxima una justiciera venganza" [5].

"Iglesia llena de luz, no se siente en ella unción, ese piadoso recogimiento de las viejas catedrales góticas, cuyas torres: Al cielo abrazadas parecen oraciones petrificadas pero sus cuatro filas de columnas corintias y sus bóvedas, donde ya comienza a iniciarse la florescencia que culminó en Churriguera son de tanta esbeltez y producen tal armonía de conjunto que bien podemos disputarlas como una maravilla del renacimiento español en Andalucía sin la gravedad de Juan Herrera ni el estrecho rigorismo grecorromano" [6].

Otro elemento clave en el estilo Barroco es la columna Salomónica que fue utilizada por el arte Barroco de Bernini, estilo o característica que se debe de precisar 'berniniano'. Trascienden por su ardua labor Pedro de Rivera, quien no perteneció a la familia artística, sin embargo, se habla de él como un 'churriguerista' más que los Churriguera. De los personajes o artistas que trascendió tanto en España como en México por trabajar la estípite, fue Jerónimo de Balbás, haciendo uso exclusivamente del apoyo estípite como soporte empotrado y exento, que construye el Retablo de los Reyes en la Catedral Metropolitana de México, inspirado en su propio trabajo en retablo, realizado en Sevilla. Tales descripciones establecen que cuando se trabaja el arte Churrigueresco en sitios españoles, a la par ya se encuentran en México también trabajando.

El país logró transformar en substancia propia el arte de Churriguera, en donde la estípite se toma como un signo totalmente fundamental, que se lleva hasta la cima. Además, México emanó diversidad de edificaciones barrocas tal como lo muestran los siguientes estilos: "Barroco estucado, Barroco talaveresco, Fuste barroco, Barroco purista, Barroco de estrías móviles, Barroco tablerado, Barroco tritóstilo, Barroco salomónico, Fustes losángicos, Ultrabarroco" [7]. Tal actitud histórica, que hacen referencia al arte churrigueresco en España, en México no tiene similar repercusión sino todo lo contrario. El labrar piedra y madera, para así adornar o mistificar el espacio donde se ha de ejecutar el culto, regocijar las penas y alegrías del alma y recibir la gracia espiritual, fue una actividad que careció de todo pensamiento inmanente para saciar ante todo el pensamiento trascendente. Si bien, hemos hablado de la influencia española en México a continuación se describen algunos de los sucesos que dieron origen al estilo barroco europeo que influenció a España.

El barroco en Europa


El barroco fue un estilo que floreció después del Renacimiento europeo; un hacer que rompió las reglas académicas griegas; un movimiento social de la contrarreforma; un arte que caracteriza la religión católica; un pensamiento expresado para la salvación de las almas; un arte expresivo de emociones y vivencias religiosas; una preocupación por la interpretación de la fe; una emoción pura de divinidad; un ideal espiritual; una búsqueda relacionada con Dios y en ocasiones solamente un simple escenario abandonado. El periodo conocido como Barroco se puede ubicar en líneas generales dentro de los siglos XVI y XVIII. Esta etapa de arte europeo funge entre el Renacimiento y lo que posteriormente se va definiendo bajo el concepto de los inicios de la Edad Moderna. Saber exactamente en qué momento la etapa o periodo del Renacimiento dejó de serlo, y decir que ya no se vive en tal momento, no fue, ni ha sido muy sencillo para los historiadores. Sin embargo, la mayoría coincide con el inicio de un nuevo estilo al edificarse una arquitectura en la que el empleo de las reglas clásicas se dan con ciertos aires de desviación y distorsión. Pedir y encontrar una explicación a la esencia de los hechos, es caminar en terrenos muy escabrosos. Por lo tanto existen tres supuestos que podemos aplicar para llegar admitir la trascendencia del Barroco -o a cualquier otro arte- como estilo artístico. Los cuales son [8]:

1.- La obra de arte lleva un sentido, encierra una significación, no solo en cuanto a la obra de un hombre determinado, sino en cuanto al producto de una cultura.
2.- Los cambios de estilo, las matizaciones temporales que el arte de una cultura recibe sucesivamente tienen también una explicación y una significación.
3.- Que en esos cambios y matizaciones pudieran observarse ritmos y leyes [9].

Tales actitudes descritas califican al Barroco como un estilo consolidado. Si bien, la historia del arte es meramente un conjunto y clasificación de los hechos, entonces se puede añadir que la "esencia de la obra de arte está en la expresión y no en la forma." [10] El Barroco es una determinada visión del mundo, un producto de trascendencia, posee contenido y actitudes espirituales humanas. Todo ello sumergido en un ambiente cultural en el que se dan motivaciones religiosas, éticas y sociológicas emanadas por una estética: la estética de la voluptuosidad. El 'hombre' fue el centro de interés en el periodo del Renacimiento, un tiempo en el que el "arte exaltador del cuerpo humano como dueño y señor del mundo que el hombre se hace la ilusión de dominar" [11]. Todo giraba en torno a él -el hombre-, es una etapa en el que los nuevos descubrimientos y el método científico se pone en práctica de manera desbordante, a tal punto de aplicarlo al dogma cristiano. Tales circunstancias provocaron una pérdida masiva en la fe católica. Lo que trajo como consecuencia que la Institución sufriera la disolución de sus bienes y monopolios, que durante el periodo clasificado como Edad Media tuvo arraigados sin problema alguno. El vasto conocimiento aportado, específicamente el de los griegos, es liberado de sus cuarteles monasteriales y dados a conocer. La iglesia es el centro de ataque por la ostentosidad de su economía y por lo austero e incongruente en su comportamiento devoto.

El hombre renacentista se puso como esencia misma; pensamientos y creencias nuevas se desataron; la reforma protestante se erigía. En poco tiempo, la iglesia católica drásticamente combate esta situación: "En 1545, con el concilio de Trento, empezó la Contrarreforma (que) emprendió una feroz lucha contra los protestantes" [12]. La Contrarreforma trajo como consecuencia un hacer arquitectónico, escultórico y pictórico, a lo que posteriormente identificaremos con precisión como estilo Barroco. El Barroco resurge trayendo consigo la representatividad de la autoridad católica y lo trascendente, después de ciertas reformas necesarias, la participación del pueblo.

El término Barroco se utilizaba en un inicio para describir a un arte considerado extraño y de mal gusto. El tiempo y las nuevas realizaciones artísticas cambiaron la apreciación trivial que se tenía. Ya enraizado, el Barroco es un estilo que presenta las siguientes características:

- Es un estilo rebosante.
- Aquí se difuminan los contornos claros.
- Se dividen las paredes al máximo.
- Se ornamentan y se transforman en formas curvas y móviles.
- Las puertas y ventanas se coronan suntuosamente.
- Se escenifica el poder y se aporta una sensualidad visual al espectador.
- Un estilo recargado, desbordante, ampuloso.


"La invención de la geometría proyectiva y el cálculo infinitesimal en el siglo XVII abrieron el camino para nuevas formas arquitectónicas. El Barroco nos hace pensar en la geometría, en grandes volúmenes de espacio enmarcados por formas geométricas, por círculos, semicírculos, elipses, cúpulas; en formas que parecen incapaces de permanecer inmóviles, líneas que se dilatan, energía creativa concentrada que fluyen como escultura; las articulaciones desaparecen detrás del elemento decorativo" [13]. El círculo, visto como perfección y serenidad, fue símbolo del pensamiento en el tiempo renacentista, en el Barroco se contrapone al adoptar enfáticamente la forma elíptica: dinámica, tensa y desequilibrada. La persuasión entre el estilo Gótico y el Barroco se dieron distintamente, pues en este último "la mirada se pasea solemne y serenamente a través de la nave principal, prácticamente desbordada por la suntuosidad y las representaciones alegóricas para, a continuación dirigirse hacia el cielo en la cúpula" [14]. Como resultado se obtienen edificios que producen un efecto de monumentalidad. Tal variedad de decoración u ornamentación constituyeron un "arte global". La simetría es absoluta en casi todas las edificaciones barrocas, así como la acentuación del pórtico -acceso- constituye su eje central.

No existen fronteras entre la arquitectura, escultura y la pintura barroca, pues manejadas en combinación, aportan juegos ilusorios que interactúan para el espectador. Las fachadas son fuertemente analizadas debido a que se debaten en una combinación entre arquitectura y escultura. Dentro de la singularidad de escenificación, el arte Barroco utilizó el juego de espacio construido y espacio abierto, es decir, el auge de la utilización de jardines manejados y recortados al gusto, así como plazas, corredores, calles y avenidas, tanto para el peatón y para los coches de la época, -planeados para transitarlos cómodamente- es una aportación urbana que aportó el estilo. El hombre del momento es orientado hacia un mundo pasional, hacia un mundo en el cual hay que regocijarse para encontrar la salvación, lo contrario al ideal del hombre renacentista-, pues se es consciente que el hombre "es mortal" y la vida efímera, la cual hay que hacerla muy bella. En consecuencia se habla que el Barroco abarca dos factores: la representación del mundo visible y de lo invisible que se posee detrás de éste la trascendencia, un ideal perfecto. Pellicer [15] alude que lo trascendente del estilo empieza en la meditación de nuestros contactos con el más allá, o sea con la muerte y el éxtasis, entre ambos el Barroco es un intermediario entre lo corporal y lo ultraterreno, una dualidad natural del hombre.

Notas

1. Villegas, Víctor Manuel, "El Gran signo formal del Barroco", Barcelona: Editorial Ramón Sopena, 1957, p. 105.
2. Villegas, op. cit., p.107.
3. Montaya Rivero, M. Cristina, "Historia del Arte Mexicano", México: Salvat, 1986, p. 844.
4. Villegas, op. cit., p. 123.
5. D´ors, Eugenio, "Lo Barroco", Madrid: Editorial Aguilar, 1964, p.19.
6. Villegas, op. cit., p. 124.
7. González Galván, Manuel, "Historia del Arte Mexicano", México: Salvat, 1986, pp. 817 - 828.
8. La que se inició a fines del siglo XIX, referencia tomada de Dorfles, Gillo en "La Arquitectura Moderna", Barcelona: Seix Barral, 1967, p.5.
9. Weisbach, Werner, "El Barroco de la Contrarreforma", Madrid: Espasa-Calpe, 1948, pp. 10 -11.
10. Weisbach, op. cit., p. 12.
11. Weisbach, op. cit., p. 15.
12. Gympel, Jan, "Historia de la Arquitectura". De la antigüedad a nuestros días, Köneman, 1995, p. 52.
13. Gardiner, Stephen, "Historia de la Arquitectura", México: Trillas, 1994, p. 69.
14. Gympel, op. cit., p. 54.
15. Cirici Pellicer, A. "El Barroquismo", Barcelona: Editorial Ramón Sopena, 1957, p. 20.

Bibliografía

Cirici Pellicer, A. "El Barroquismo", Barcelona: Editorial Ramón Sopena, 1957.
Dorfles, Gillo, "La Arquitectura Moderna", Barcelona: Seix Barral, 1967.
D´ors, Eugenio, "Lo Barroco", Madrid: Editorial Aguilar, 1964.
Gardiner, Stephen, "Historia de la Arquitectura", México: Trillas, 1994.
González Galván, Manuel, "Historia del Arte Mexicano", México: Salvat, 1986.
Gympel, Jan, "Historia de la Arquitectura". De la antigüedad a nuestros días, Köneman, 1995.
Montaya Rivero, M. Cristina, "Historia del Arte Mexicano", México: Salvat, 1986.
Villegas, Víctor Manuel, "El Gran signo formal del Barroco", Barcelona: Editorial Ramón Sopena, 1957.
Weisbach, Werner, "El Barroco de la Contrarreforma", Madrid: Espasa-Calpe, 1948.

José Luis Lizárraga Valdez